viernes, 9 de noviembre de 2012

¿DE DONDE VIENE LA SABIDURÍA?

Proverbio 3: 13
Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene las inteligencia.
Proverbio 8: 1; 4
¿No clama la sabiduría, y da su voz la inteligencia? Oh, hombres, a vosotros clamo; dirijo mi voz a los hijos de los hombres.

                                                        


No hay nada nuevo bajo el sol. Todo ha sido ya creado por el Señor. Faltan, eso si, muchas cosas por descubrir. Pero a inventar, y a crear, a Dios no le ganamos. ¿El mérito de los científicos? El haber sido elegidos por Dios para ser receptor de algún conocimiento nuevo, es decir, de “descubrir” algo nuevo para el género humano. Que no a cualquiera escoge Dios para algo tan importante.

Porque la inteligencia, que es el saber hacer las cosas adecuadamente, y la sabiduría, que es usar correctamente la información a nuestra disposición, de Dios vienen, que no del hombre. Y si esto es así, ¿en qué se sustenta la vanidad del sabio, del inventor, del descubridor?

Cuánto valor intrínseco encontramos en el hombre sabio que no se envanece. ¡Qué portento de hombre, aquél inteligente que reconoce que  esa inteligencia se la debe a Dios!. ¡Qué ornamenta preciosa, la del hombre que sobre la soberbia por méritos tal vez indiscutibles, prefiere la humildad!


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